Una misteriosa leyenda habla de las fabulosas riquezas que tenía la cacica huanca Catalina Huanca. Se creía que eran inmensos tesoros de oro y plata enterrados en alguna parte del Valle del Mantaro.
Muchos hombres, intrigados y ambiciosos, han recorrido todo el valle tratando de encontrarlos, pero, hasta hoy no han encontrado ninguna sola señal que garantice la existencia de dicha riqueza. La razón es muy sencilla: el gran tesoro es el valle mismo: ¡Catalina dejó a sus siervos y descendientes el mejor de sus tesoros: la tierra!
Un fértil valle poblado por más de cien pueblitos pintorescos, cada uno de ellos con la riqueza de sus tradiciones, sus cantos y sus bailes. El valle es rico en costumbres, historias y cultura, que asombran a quienes llegan a conocerlo. Su gente, rebelde y emprendedora, ha hecho del Valle del Mantaro uno de los lugares de mayor desarrollo económico en el área andina: éstos son los grandes tesoros de Catalina Huanca: el hombre huanca, su tierra y su cultura.
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